Una muralla de AOR fresco y elegante desde las antípodas.
Por Óscar González “Mendo”.
De la mano de AOR Heaven nos llega el cuarto trabajo de estos australianos a los que no conocía y que por lo escuchado en internet, pocos cambios hay en cuanto a su orientación musical con respecto a los anteriores. Si que hay cambios en cuanto a la nueva base ritmíca que ha sido renovada debido a la salida del anterior bajista y a la desafortunada defunción del batería, siendo el relevo compuesto por el fantástico batería Noel Tenny y el bajista Ben Webster muy solvente, siguiendo invariable el nucleo creador que forman los hermanos Jules y Xavier Millis que se encargan de voces y teclas junto al guitarrista de origen italiano Enzo Almanzi que demuestra a lo largo del disco que se puede ser un virguero sin saturar y con un estilo similar a una mezcla del desaparecido y añorado Steve Harris con Pete Lesperance.
La calidad de la grabación y producción es la habitual en los lanzamientos de AOR Heaven, muy natural y correcta, sin necesidad de artificios y dando especial preponderancia a las voces de Jules que están omnipresentes, dobladas, triplicadas y cuadruplicadas muchas veces.
A los pocos segundos de “Stranded” que es el tema que abre el disco, me vienen a la mente grupos como sus coetaneos Houston por los teclados y W.E.T por el gran parecido tonal entre la voz de Jules (que canta en parte a dos voces) y Jeff Scott Soto. Aun así, es un inicio prometedor y esos parecidos serán una constante a lo largo del disco.
“Surrender my heart” no es muy original en cuanto a título, pero musicalmente es otro temazo que crece con las escuchas de forma exponencial.
Algo más tranquila y virada hacía el pop se presenta “Living for the night” con una onda a los Journey del R.O.R. No es lo mejor del disco, sin duda.
Seguimos con “Last chance for love”, una medio-balada en la cual se vuelven tan moñas como Whitesnake (The deeper the love) cuando les daba por ahí. Decente pero tópica.
La potencia reaparece con la suculenta y “salvaje” “Wild at heart” que es otro temazo de bandera en el cual se luce el baterista Noel Tenny.
La tranquila “Damage is done” rebosa delicadeza por todos los costados aunque con una dosis de azucar apta para diabéticos. Buenísima.
El corte más Hard Rock lo representa “Game of love” y es quizás el mejor del disco, con su épico estribillo. Tremenda.
“Smile for the camera” y “Waited” son dos temas en los que mezclan con maestría potencia en las guitarras y delicadeza en voces y teclas. Sublimes y frescas ambas.
Y terminamos esta bonita experiencia con “Sleeping with the enemy” que es una mezcla perfecta entre los Dokken y Shy ochenteros que pone broche a un disco lleno de elegancia, frescura y melodía.
Recomendable a tope.
WHITE WIDDOW:
JULES MILLIS: Cantante
XAVIER MILLIS: Teclados, Coros
ENZO ALMANZI: Guitarra
BEN WEBSTER: Bajo
NOEL TENNY: Batería