Maravilloso placer.
Por Carlos Bayón.
Parece mentira que después de tantos años escuchando música aún conserve la capacidad de sorprenderme como la primera vez que algo nuevo llega a mis oídos y no es que me sorprenda por su originalidad ni siquiera por la calidad, aunque de esto hay y mucho en este trabajo, sino porque en estos tiempos en los que prácticamente editar un disco es una tarea de titanes, ya no hablo que se venda, haya grupos que editen disco por año y cada uno de ellos iguale o incluso supere en calidad al anterior, es casi milagroso y eso es precisamente lo que me ha ocurrido con el nuevo álbum de los rockeros británicos, es increíble como son capaces de superarse o por lo menos igualar disco a disco desde el imperdible “Homewreckers & Heartbreakers” hasta el buenísimo “Twisted Love” nos han venido presentando unos trabajos que en otros tiempos les habrían situado ya en la categoría de clásicos pero que ahora desgraciadamente se han quedado para una inmensa minoría como mi querido Getafe C.F.
Aquí siguen estando las marcas de la casa, la aguardentosa y cazallera voz de Spike deudora de los primigenios “Faces” con Rod Stewart, ese característico sonido Rock n’ Roll con aires “Stones” todo ello unido a una banda en estado de gracia convierte la escucha de este “Amazing Disgrace” en un placer para nada oculto y te lleva a viajar a otros tiempos donde quizá la tecnología importaba bastante menos y sí la calidad de las canciones.
The Quireboys nos ofrecen calidad, clase y sobre todo honestidad, está claro que ya no son los mismos de sus primeros discos de finales de los 80, han envejecido y ya no hay sitio para himnos como “Sex Party” o “7 O´clock” sino para medios tiempos como “This is It”, “Dancing in Paris” o la que da título al disco, aunque haya también cabida para arranques rockeros como la inicial “Original Black Eyed Son” con el omnipresente piano al igual que en la siguiente “Sinner Serenade” con un rollo un poco más blues acompañado de unos magníficos coros femeninos que están presentes en prácticamente todo el disco y con especial atención al que ha sido el primer single “Seven Deadly Sins” en la que el riff me recuerda al de alguna canción de Los Zigarros que ahora no recuerdo el título.
“Eve of the Summertime” otro blues lento en la que la voz de Spike transmite un sentimiento especial en uno de los pocos momentos lentos propiamente dichos de todo el álbum aunque al final se me hace un poco larga la canción.
Los violines y el piano marcan el que para mí es el mejor tema “This Is It” un medio tiempo que pone los pelos de punta con su aire country, éste y el siguiente con sus coros femeninos marcan los últimos momentos de sobresaliente, porque lo que queda hasta el final, aunque alcanza el notable alto, no llega a estos niveles como la stoniana “Slave #1” o la springsteeniana “Dancing in Paris”.
Lo dicho, muy buen disco de unos músicos que no dejan de ofrecernos buena música en un estilo “Old School” y que muchas vacas sagradas podrían copiar de ellos la honestidad de intentar no estancarse en el recopilatorio, reedición de turno que ya huelen.
No creo que nadie se arrepienta de perder su tiempo escuchando este disco y ya de paso cualquiera de su ya larga discografía. Discazo con mayúsculas.
THE QUIREBOYS:
SPIKE: Voz
GUY GRIFFIN: Guitarra
KEITH WEIR: Teclados
PAUL GUERIN: Guitarra
DAVE MCCLUSKEY: Batería
GARY IVIN: Bajo