Salvaje conjunción de Hard Rock añejo con energía joven.
Por Juan Antonio García.
Potente trabajo lleno de fuerza y energía proveniente de Suecia, que llega a nuestras manos como si el grupo pasara por las calles de la ciudad como una cabalgata y tirara a los viandantes su recién estrenado álbum, como diciendo “estamos impacientes, ansiosos, ilusionados porque escuchéis lo que hemos creado, estamos con la adrenalina hasta arriba y hasta que no lo escuchéis no nos relajaremos”.
Y es que es un torbellino canción tras canción, con ese aire añejo pero rebosante de descaro y de espíritu joven. No hay margen para el descanso, no hay medias tintas, ni baladas (cosa que podría haber sido un punto negativo si la apuesta no les hubiera salido tan bien).
El trabajo rítmico es brutal, muy cuidado, con riffs de guitarra afilados, bien marcados y una guitarra líder que le acompaña fantásticamente, además de enlazarse con el órgano de corte setentero que le da a los temas esa calidez y ese aire clásico.
Al final nos encontramos con una serie de canciones que pueden pecar de ser demasiado homogéneas entre sí, pero realmente se puede desgranar el trabajo, por un lado, en canciones de ritmos más cargantes o pesados, muy clásicos, y por otro, en canciones más afiladas y rápidas (igualmente clásicas), donde especialmente aquí pienso que se llevaría el premio la increíble “The Good Samaritan”, un huracán de sensaciones que cuando termina te deja destrozado: rapidez, energía, melodía y estribillo acertadísimo.
A partir de aquí el disco está a buena altura en líneas generales, con algún tema más denso que otro, donde se pueden destacar, por poner algunos ejemplos, “Barely Runnin’”, “Get What’s Coming”, “Blind” o “Save Me”.
Habrá que estar atentos para ver la evolución de estos chicos, y que este trabajo lleno de energía y buenas canciones evolucione en temazos, con un disco más maduro y con un pequeño salto en las melodías de las composiciones, para así decir sin miedo que han hecho algo realmente grande. A falta de ese último picotazo que les queda, este debut es altamente recomendable.
STREAMLINE:
GABRIEL LINDMARK: Voz
MIKAEL PLANEFELDT: Bajo
OLLE LINDAHL: Guitarra
JHONNY GÖRANSSON: Guitarra
NIKLAS ARKBRO: Teclado
EFRAIM LARSSON: Batería