Críticas Casco Antiguo

PRETTY MAIDS «Jump The Gun» (CBS, 1990)

PRETTY MAIDS «Jump The Gun» (CBS, 1990)

Vivir a la sombra de un gigante.

Por José Ramón González.

 

Es una verdadera puñeta, como habría dicho mi abuela, nacer en el momento en el que otro ser de la misma especie vive su periodo de mayor esplendor. Resultará difícil que alguien valore a este nuevo miembro cuando el otro aún brilla con toda su fuerza. No importa lo bien que lo haga, ni los méritos que acumule, ni que su luz también tenga un fulgor deslumbrante. Nada de eso tendrá relevancia porque todos ya han quedado cegados por el resplandor de quien acaparó toda la atención y admiración unánime. El otro se llama Future world (1987), el álbum que proporcionó a la banda danesa Pretty Maids la propulsión que la lanzaría a la primera línea del hard rock (apoyada en el trampolín que supuso la canción «Back to back» —precedida de la introducción «Fortuna» que tanta ídem tuvo— de su primer LP, el fantástico Red, hot and heavy (1984) y que sonó bastante aunque no consiguió alcanzar el éxito que llegaría después). La canción homónima del álbum de 1987 forma parte del imaginario colectivo de los aficionados al hard rock y el heavy metal. La combinación de guitarras afiladas y teclados sensacionalmente sonoros fueron la perfecta destilación de aquel «Back to back». Habían dado con la fórmula que les colocaba cerca de la primera línea del género. Pero lo que no querían era repetir la fórmula, aunque sí mantener la esencia, el carácter y la personalidad de su sonido: unas composiciones musicalmente cargadas de fuerza, de agresividad, pero con unas melodías que contrastaban tanto como encajaban debido a que eran igualmente potentes, nada suavizadas ni edulcoradas. Incluso en las canciones más cargadas de teclados como en «Love games», que parecían cocinadas a fuego fuerte en los fogones del AOR, aquello no sonaba a AOR. Y de la voz de Ronnie Atkins qué vamos a decir: el cambio de registro que manejaba de manera tan impactante era el reflejo ideal de la música de la banda.

¿Qué ocurrió entonces con Jump the gun? Que apareció en 1990, año en el que la cámara que rodaba los acontecimientos que afectaban al mundo del rock estaba haciendo un barrido hacia otro escenario que muy pronto empezaría a marcar la tendencia que dictaría los gustos de la nueva década. Pretty Maids cogía la directa de la atención y el reconocimiento mundial poco antes de que todo empezara a tomar el desvío hacia el lado oscuro (dicho sea con toda la intención) de la música. A pesar de ello, el éxito —hablamos de éxito dentro del mundillo, claro— alcanzado con su trabajo de 1987, considerado por muchos su obra maestra, les permitió registrar su nuevo álbum disfrutando de un presupuesto mucho más alto y contar en la producción con Roger Glover (quien cargó con las culpas de las bajas ventas obtenidas por la obra). Es más que evidente la profesión de bajista del productor ya que le regala a Allan DeLong una posición prevalente en la mezcla no tan habitual, proporcionando al conjunto una calidez muy agradable a través de unos graves muy cuidados. Precisamente esto pareció no gustar demasiado al grupo, que se quejó de un excesivo clasicismo, de sobreproducción. A mí me gusta el sonido del álbum, aunque posiblemente no fuera lo que los músicos buscaban, algo más que comprensible si lo comparamos con el sonido del anterior. En el sonido final obtenido en la producción, Future world parecería más «moderno» que Jump the gun. Los teclados de Allan Owen suenan aquí más setenteros, por ejemplo. No se puede negar la influencia de los propios Deep Purple cuyos miembros, tanto Glover como Ian Paice, colaboran en un par de canciones. Resulta por tanto contradictorio que se lamentaran de haber logrado lo que querían.

Jump the gun cuenta con doce canciones que revelan el momento de madurez, seguridad y dominio de su sonido del que bien podían enorgullecerse. La verdad es que Pretty Maids siempre parecieron mayores, maduros, una banda ya evolucionada desde su primer disco, con lo que los pasos que dieron desde entonces fueron avances sobre una base muy sólida. Entonces ¿por qué es un disco tan poco reconocido? A pesar de que sí, digámoslo ya, casi sin sombra de duda me atrevo a afirmar que Jump the gun es un álbum mejor, con todo lo que esta palabra tiene de subjetivo, que su antecesor (sin restarle el más mínimo mérito a un título tan indiscutible) Más completo, más elaborado, con más matices y, aunque ni a los miembros del grupo terminara de convencerles, mejores composiciones y un sonido menos anclado a su tiempo. Visto desde el ahora, sin duda Jump the gun suena más universal, más atemporal. Quizás clásico. Pero si exceptuamos «Savage heart», no hay canciones que consigan un impacto lo suficientemente fuerte como para convertirse en singles. Ése es el inconveniente, aunque también es una virtud, pues las canciones se mantienen casi intactas, sin haber sufrido el desgaste que conlleva la popularidad.

Se aprecia un especial cuidado, una atención delicada en cada composición; se busca la densidad, la robustez sin efectos pirotécnicos. La canción inicial, «Lethal heroes» (que es el nombre bajo el que se publicó el disco de EE.UU) se aleja del arranque de los dos discos anteriores, lo que da el tono y muestra el cambio de propuesta que afecta a todo el álbum. «Don’t settle for less» es la primera joya del conjunto, una canción muy Pretty Maids, y hasta «Rock the house» no hallamos la primera de las composiciones veloces. Después ya viene «Savage heart», claro, la canción más recordada del disco. Es un medio tiempo inspiradísimo, con un estribillo de esos que uno no puede sacarse de la cabeza. Encuentro ciertas concomitancias con «I want to know what love is» de Foreigner, seguramente por la dosificación de la intensidad y los coros femeninos, sobre todo en la parte final.

El disco discurre entre el hard rock melódico de corte accesible pero de indudable calidad como «Headliness», de temática social como es muy frecuente en la banda, «Partness in crime» o «Young blood» y títulos más heavys como el caso de «Attention». Como curiosidad está «Hang tough», una canción de Dan Wexler compuesta para Night of the crime de Icon, pero que finalmente quedó descartada, seguramente porque no encajaba con el tono del álbum, como tampoco lo hace excesivamente en éste.

Ninguna de esas doce canciones logró pillar desprevenido a nadie, porque no buscaban llamar la atención con recursos sensacionalistas sino con canciones bien trabajadas, cuidadosamente interpretadas. Y eso es lo que consiguieron, un disco bien hecho, como ellos querían, pero olvidaron que la luz que seguía desprendiendo un disco como Future world obligaba a ponerse unas gafas de sol que no dejaban ver con nitidez el resto del mundo, ni contaron con que el tiempo jugaba en su contra, …ni se dieron cuenta de que el mundo futuro ya había pasado.

Pretty Maids_Jump The Gun_cover
PRETTY MAIDS:
KEN HAMMER: Guitarra
RONNIE ATKINS: Cantante
PHIL MORE: Batería
RICKY MARX: Guitarra
ALLAN DELONG: Bajo

ALAN OWEN: Teclados

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