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JINETES DE LA JUSTICIA (Anders Thomas Jensen, 2020)

JINETES DE LA JUSTICIA (Anders Thomas Jensen, 2020)

¡Feliz Navidad!

Por Serbal.

El pasado 12 de agosto (¡qué lejos queda ya!), en pleno verano sofocante, se estrenó la última película de Anders Thomas Jensen, Jinetes de la justicia, una historia navideña atípica, que tiene lugar en lo más crudo del frío invierno danés, con villancico del tamborilero incluido.

Se podría decir que la película es un thriller, con tintes del género de venganza, ya que trata de las pesquisas llevadas a cabo por los personajes para dilucidar las causas del accidente sufrido por un tren cargado de pasajeros en vísperas navideñas que, presuntamente (palabra tan en boga en los medios de comunicación), podría haber sido perpetrado por la banda mafiosa apelada, paradójicamente, Jinetes de la Justicia, título de la película.

Sin embargo, apenas cumple con los requisitos de los géneros. Los personajes no son detectives, policías o investigadores, ni tampoco personas anónimas heroicas con un sentido incontestable de la justicia. El protagonista, Markus, militar y sufrido padre de familia al que, de la noche a la mañana, le comunican que es viudo, sería un cruce entre Ebenezer Scrooge (si nos centramos en el contexto navideño) y Terminator. Se trata de una máquina de matar, escéptico y gélido como el frío invierno danés, incapaz de lidiar con sus sentimientos y, mucho menos, con los del prójimo, incluida su hija, de la que tiene que hacerse cargo tras la dramática muerte de su mujer.

Continuando con el cuento navideño, Markus recibe la visita de los tres espíritus, personificados por los inclasificables Otto, Lennart y Emmenthaler, tres frikis (vocablo también muy manoseado) inadaptados, vapuleados por la vida (eufemismo que tiene como referente al puñetero homo sapiens: padres, tíos, compañeros de clase o trabajo o cualquiera que se acerque a perturbar nuestra presencia en el planeta Tierra), con múltiples traumas y peligrosamente obsesionados por el entramado de la lógica, la estadística, las matemáticas o la informática, ciencias que aplican a cualquier acontecimiento vital (también el trágico accidente del tren) para encontrarle un sentido o explicación. A estos se suman Mathilde, la hija de Markus, y su inseparable amigo, que como ellos, también se aferran a otras teorías o pseudociencias, como la religión o la psicología, para hacer frente al sinsentido de la existencia humana.

No obstante, y en contra de los tópicos del thriller, la búsqueda de la verdad, del who done it, o del porqué de las tragedias inexplicables que nos rodean, no obtiene los resultados deseados y complica aún más la vida de los protagonistas. De hecho, una vez hallada la supuesta resolución del accidente o acto terrorista, los personajes entran en una vorágine de violencia que no pueden controlar. Y es que, a pesar de erigirse en los verdaderos Jinetes de la Justicia, pues se embarcan en una búsqueda desesperada de los culpables convirtiéndose en inesperados brazos ejecutores de la ley, el desenlace está muy lejos de ajustarse a sus planes, teorías o códigos de justicia.

Así, la película se apoya en las coincidencias o casualidad (que no causalidad) y el caos, en su línea argumental y conceptual. A diferencia del thriller, no todo tiene una causa-efecto o explicación racional. Todo comienza con la inocente elección que hace una niña de su regalo de Navidad: una bicicleta azul. Si hubiera escogido la que estaba expuesta, la roja, no se habría desencadenado la serie de catastróficas desdichas que integran la película. De este modo, vemos en vivo cómo actúa el conocido “efecto mariposa” de la teoría del caos, cómo el simple aleteo de una mariposa en una parte del planeta puede provocar un terremoto en otra, es decir, cómo la intrascendente elección de un regalo navideño puede trastocar, y de qué manera, la vida de los protagonistas del film.

A pesar del “unamuniano” sentimiento trágico de la vida que rezuma la película, el director consigue aunar la hilaridad con el dolor de la existencia humana. Recordando El sentido de la vida de los míticos Monty Phyton, frente a la falta de sentido de nuestra existencia, de su arbitraria injusticia, nos encontramos con la lucha desesperada pero cómica, precisamente por lo exageradamente desesperada, de los protagonistas por buscar una revelación. Los personajes se nos muestran en todo su patetismo. Sus tics y TOC, así como la elucubración de las más disparatadas o desmesuradamente lógicas de sus teorías despiertan nuestras carcajadas. Sin embargo, al evocar las palabras del genio de Chaplin: “de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos parece una comedia”, la carcajada se interrumpe o se congela a medida que vamos descubriendo sus dolencias y sufrimientos más íntimos, el origen de sus traumas y sus TOC.

Otra escena memorable de la película es el momento de explosión en el cuarto de baño ― y no estoy hablando de molestias intestinales ni nada que se le parezca― del personaje excelentemente interpretado por Mads Mikkelsen. Es precisamente en el cuarto de baño cuando el frío Markus saca todo lo que hay en su interior, y no se trata de una escena escatológica sino emocional.

Creo que de eso trata la película, finalmente, de la necesidad del ser humano de expresar sus sentimientos y de contar con algún oído amable que se preste a escuchar y, si es posible, comprender, aunque no pueda ayudar en nada más. Puede que la presentación paródica de las múltiples psicoterapias que tan bien escenifica el personaje de Otto, asiduo a las consultas de los psicólogos, que de nada le han servido, sea una llamada a los profesionales de esta pseudociencia a convertirse en meros confesores laicos de nuestra era, tarea, por sí sola, más que encomiable.

Solo quedaría por decir que, a pesar de que la película aboga por que en la vida nos dejemos llevar por las coincidencias y no buscarles explicación, porque no la tienen, en esta historia “navideña”, como en la mayoría de las obras de arte, las coincidencias no existen y desde el principio (la niña elige la bicicleta azul) hasta su conclusión (Mathilde tiene una nueva bicicleta roja) todo está perfectamente hilvanado. Como la película es un excelente anticipo a las odiadas o amadas fiestas navideñas, ahí va un ¡FELIZ NAVIDAD!

Jinetes de la justicia_poster
Intérpretes:
Mads Mikkelsen
Nikolaj Lie Kaas
Gustav Lindh
Roland Møller
Nicolas Bro
Lars Brygmann
Guión:
Nikolaj Arcel
Anders Thomas Jensen
Música:
Jeppe Kaas
Fotografía:
Kasper Tuxen

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