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DICTADO (Antonio Chavarrías, 2012)

DICTADO (Antonio Chavarrías, 2012)

Elogio de la interpretación.

Por José Ramón González.

 

Fue estrenada hace casi diez años, pero las malas referencias que había recibido sobre ella no me animaron a verla. Esos comentarios que escuché eran augurios que, como héroe mitológico (con perdón) desoí, por lo que el fatum, además de una irracional atracción hacia el género del terror, incluido el de factura española, me situó frente al televisor para ver esta película de Antonio Chavarrías.

No es Dictado una película a la que le dedicaría una reseña. Lo digo porque para hablar mal de una película, mejor no hacerlo. Pero el caso es que hay algo que me impresionó y que merece, creo que al menos, un comentario positivo. La idea de partida, basada en una historia de Sergi Bebel, es interesante para un aficionado al cine del género. Daniel y Laura son una pareja que desea tener un hijo pero no puede. Aparece, tras muchos años sin verse, un conocido de la infancia de Daniel y le pide aparentemente consternado que tiene que ver a su hija pero él se niega, no quiere retomar una historia del pasado que claramente lo incomoda. El amigo se suicida y Daniel y Laura ―en particular Laura, que no puede reprimir su instinto maternal y deseos de ser madre y que le dice a Daniel que, en parte, es una responsabilidad que deben asumir por ser la hija de un antiguo amigo que había acudido a él a pedirle ayuda― se hacen cargo de la niña. Pero claro, como es fácil imaginarse, esa niña empieza a mostrar un comportamiento algo extraño con Daniel, lo que origina un conflicto con él, pues ella parece despertar un pasado que Daniel había enterrado ―literalmente― hacía muchos años y Laura comienza a sospechar, por el rechazo que muestra él hacia la niña, que no tiene el menor interés en el plan de formar una familia.

Hasta aquí, a pesar de que la película no es capaz de generar tensión, ambiente y sí muy poco misterio, se ve con cierto interés. Sobre todo porque desde los primeros minutos tenemos ante nosotros a dos excelentes intérpretes que consiguen que, más que la historia, esas dos personas nos interesen. Bárbara Lennie y Juan Diego Botto encarnan a dos personajes rebosantes de humanidad con una convicción que merecería una película mejor. De hecho, lo poco mejor que hay en ella son ellos. Uno pensaría justificadamente que los actores se vuelcan en las buenas películas o en aquellas en las que creen especialmente, sin embargo tanto Lennie como Botto se entregan a sus personajes en una película de vuelo corto con una generosidad admirable, dando lo mejor de su trabajo y logrando, gracias a ello, que la película genere el interés imprescindible para saber qué les ocurre a sus personajes. Al menos hasta que llega el tramo final en el que la desidia, una pereza narrativa insultante y unas líneas de guión injustificables hacen que Juan Diego Botto abandone a su personaje a su suerte incapaz de defender semejante delirio que ni el más despistado de los psicólogos podría explicar. Porque para encarar los últimos minutos de película haría falta más que convicción, fe ciega, y me parece a mí que el actor tiene aquí ya menos que yo en la clase política.

La resolución de la trama podría haber sido de cierto provecho si se hubiese contado con mayor pulso y hubiese sido capaz de crear un ambiente que no pueden construir sólo estos dos fabulosos actores, por muy dedicado que sea su trabajo. Lennie se queda sola con la niña, amparada en su fidelidad a la maternidad y, afortunadamente, con menos absurdos que resolver, aunque tendría que presentarse ante el tribunal de los guionistas a explicar a santo de qué deja sola a la niña con ese muchacho tan inestable camino de transformarse en un Jack Torrance rural.

Uno, que ve a las nuevas generaciones de actores con poco interés, más preocupados por figurar que por hacer bien su trabajo, con una presunción inexplicable para un oficio que sus gloriosos antepasados definían con el término «cómicos» con el mayor orgullo y humildad, ve el trabajo de Bárbara Lennie y Juan Diego Botto en esta película con admiración y agradecimiento. Por ellos va este comentario.

Dictado (Antonio Chavarrías, 2012)_cartel
Intérpretes:
Bárbara Lennie
Juan Diego Botto
Mágica Pérez
Marc Rodríguez
Ágata Rocas
Nora Navas
Guión:
Antonio Chavarrías
Música:
Joan Valent
Zacarías M. de la Riva
Fotografía:
Guillermo Granillo

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