Hay esperanza.
Por Carlos Bayón.
Octavo disco de la banda angelina y primero con solo Josh Todd de la formación original tras la marcha del guitarrista y productor Keith Nelson y del batería Xavier Muriel.
Según palabras del cantante es su mejor disco desde su tercer álbum “15” de 2005, algo tendrá que ver que han vuelto a trabajar con el mismo productor Mike Plotnikoff y no seré yo quien le lleve la contraria pero la verdad que desde su “All Night Long” de 2010 mi interés en ellos ha decaído bastante y aunque los he seguido escuchando, sus dos últimos discos “Confessions” y “Rock N’ Roll” me han parecido bastante planos y casi rutinarios seguramente más por cosas mías, me haya hartado de ellos o puede que un exceso de novedades me impida darles alguna escucha más; es cierto que siguen manteniendo ese sonido sleaze y la voz de Josh Todd que les hace tener ese sonido único dentro de un estilo que con lanzamientos como el de Jetboy, L.A. Guns parece que intenta salir un poco del pozo.
No noto mucho cambio en relación a anteriores lanzamientos con la formación casi original a este, Kevin Roentgen, ex American Pearl, otra banda que debutó en la misma época que el primero de Buckcherry y que no tuvo apenas repercusión, suple con firmeza la baja de Keith Nelson sin que se note apenas la ausencia.
La fiereza y el Hard Rock de antaño queda aquí en temas como la inicial y distorsionada que da título al disco “Warpaint”, en el segundo corte “Right Now”, en la versión de Nine Inch Nails “Head Like a Hole” que hacen suya completamente, la verdad que tampoco conozco la original pero lo poco que he oído a los NIN no me suena nada a esto, comerciales con un aire a Velvet Revolver en el primer single “Bent” , tiernos en la power ballad “Radio Song” que tiene toda la pinta de canción para sonar en la radio aunque suene más tópica y sobada que el lomo de un gato, rollo funky soul con acompañamiento vocal femenino en “Back Down”, riffs casi stoner en “The Alarm” puede que el tema menos inspirado del disco, aires punk festivo de cantar en festivales con ese interludio con las palmas en “No Regrets” con unos buenos coros y que tiene pinta de que en directo tiene que sonar de lujo, de lo mejorcito del álbum. La cosa se vuelve a poner tranquila con “The Hunger”, otra de esas típicas baladas que se les dan tan bien para acabar a lo burro total con Josh dejándose la garganta en “Devil’s in the Details” que recuerda a Rage Against The Machine.
No creo que les haga reverdecer viejos laureles, cosa prácticamente imposible hoy en día para casi todos pero a mí personalmente, sin parecerme la última maravilla, me ha hecho pasar muy buenos ratos escuchándolo y me han entrado ganas de volver a darle otra oportunidad a sus anteriores entregas.
Los temas se escuchan fácilmente y te dejan un saborcillo agradable, edulcorado, digestivo, evidentemente poco queda de su celebérrimo debut que les convirtió durante unos momentos en la nueva sensación y ya no son tan crudos, han ido endulzando el sonido convirtiéndolo por llamarlo de alguna manera en un sleaze para todos los públicos aunque sigan, más bien siga, el cantante, manteniendo la arrogancia y asome de vez en cuando el sonido garajero.
Imagino que los más acérrimos echarán pestes sobre él y quién sabe si este puede ser su canto del cisne y Josh Todd prefiera continuar su carrera con su proyecto en solitario con su nombre, de momento según parece se van a tirar dos años de gira presentándolo y en principio el batería Sean Winchester ha sido sustituido por Francis Ruiz.
BUCKCHERRY:
JOSH TODD: Voz
STEVEIE D.: Guitarra y coros
KEVIN ROETNGEN: Guitarra y coros
KELLY LEMIEUX: Bajo y coros
SEAN WINCHESTER: Batería