Haciendo rock en Letonia.
Por Carlos Bayón.
En su afán por descubrir nuevos talentos dentro del heavy y los sonidos melódicos Frontiers nos presentan desde Letonia el segundo disco de esta banda que hace un hard rock con ciertos toques 80’s mezclados con sonidos más duros y alternativos que les hace tener un punto de frescura.
Las reminiscencias a Skid Row o Mötley Crüe, que en los útimos tiempos están siendo reverenciados por gran cantidad de las bandas nuevas que se asoman por el mundillo hard, están por todas partes de las 11 canciones que componen este álbum.
Aun así no estamos hablando de copias baratas o canciones homenaje, todo lo contrario, son temas con vida propia. Evidentemente recrear el sonido 80’s tal cual era puede que no tenga sentido, aunque haya grupos que lo hagan con muy buen gusto, pero más que al sonido de las canciones me refiero más a la producción, las canciones suenan modernas con un punto retro pero tampoco demasiado.
Las canciones son pegadizas pero sin perder dureza, vivas, enérgicas, vertiginosas, es un disco para disfrutar con las ventanas abiertas que se oiga sin vergüenza, sin arrepentimiento, es de esos discos que merecen la pena sin que nos eche para atrás el que sean de un lugar poco conocido por sus sonidos rockeros.
El disco se abre con la homónima “Ignite The Sky” buen tema para empezar a abrir boca que tras un comienzo lento se pone en materia con unas guitarras duras y rápidas que parece que cabalguen. Una canción que tiene más de la nueva ola escandinava de los 2010 que de lo que se hacía hace 30 años.
“Criminal Masterminds” continúa en la misma senda que la anterior, teniendo un ritmo más pesado y la voz más rasgada pero continuando con unas guitarras veloces y machaconas. El estribillo engaña porque es más melódico y glam que el resto de la canción.
“No Matter” me recuerda bastante a Pink Cream 69, siguen sonando potentes en un tema más típicamente hard rock con la voz de Vicky bastante rasgada, bajan un poco la velocidad y se queda en un medio tiempo bastante resultón.
Las guitarras y los ritmos pesados vuelven con “Sugar & Spice” con unos riff brutales, tema bastante durete y que podría recordar a unos Skid Row melódicos, con su aire macarra y punk.
Unas líneas de bajo dan comienzo a “Farewell to Yesterday” siguiendo en la línea de temas pesadotes con guitarras duras pero que cambian totalmente con un estribillo muy melódico y un solo bastante contundente.
Más tranquila es “Black Swan” el tema más largo del disco y donde se ponen un poco intensitos con una canción que a ratos parece U2 a ratos Dan Reed Network sin sonar tan funkys, un tema que va variando de ritmos y que no cansa gracias al buen trabajo de las guitarras, estupendas en todo el trabajo, pero al que tampoco le habría venido mal recortar un par de minutos.
Uno de los mejores solos del álbum nos lo encontramos en “Stand Your Ground” donde continuamos con la voz rasgada característica de prácticamente todo el disco en un tema de tempo y melodía algo más lento y en el que sobresale el magnífico solo que destaco al principio.
A partir de “Thin Line” el disco cambia completamente de tercio, se deja de lado la velocidad y nos metemos en temas de sonido puramente ochentero como es este caso, donde la voz y la guitarras se unen en un medio tiempo delicioso donde sí podemos encontrar definitivamente esas influencias del hard rock más clásico, incluso la producción suena más clara, propia de los discos de los 80.
“Silhouette” se abre sinuosamente y bajo una capa de susurros y ritmos contenidos en una canción árida, de tempo más tranquilo envolviéndola en un halo de misterio, que parece sacada de una película de David Lynch, mientras la canción va cogiendo más fuerza apoyándose en una guitarra que se mueve entre los coros llegando al crescendo final. Uno de los mejores temas del disco.
“Healing Waters” es el tema rockero por excelencia, también con toques 80 con buen estribillo y al que la producción da un toque más moderno pero sin perder ese toque retro que le da el uso del saxofón, que como nota discordante dentro del conjunto del álbum no queda mal pero es verdad que al principio choca un poco cuando venimos de un disco principalmente de guitarras. Buen tema.
Y para finalizar otro tema rápido con guitarras distorsionadas en “Streets Of Misery” que me vuelve a recordar bastante a los Skid Row sobre todo por la voz, el macarrismo con el que canta y las guitarras veloces, aunque aquí esa vena punk no está tan acentuada más allá del desgarrador final donde el grupo se desata completamente.
Más allá de la sorpresa inicial del origen del grupo nos encontramos con un buen trabajo de hard rock de base y origen ochenteros pero con producción y sonido de los 2000.
No sé si llevados por el entusiasmo de querer vender nostalgia o intentar el efecto llamada a ese gran número de fans que se lanzan a por cualquier cosa que te digan que suena a Ratt o Warrant y que les hace un flaco favor al grupo, porque la verdad es que por más que lo he escuchado no veo grandes similitudes con el glam metal o hard rock melódico de Warrant en este trabajo, puede que alguna cosa puntual pero nada reseñable ni importante y la verdad que buscando información sobre el grupo casi se repetía como un mantra esos parecidos.
No es que tengan un sonido propio, cosa difícil cuando ya casi todo está inventado, pero la voz y las guitarras le dan un toque personal que les diferencia de otras bandas del estilo y que les hace tener un punto interesante que les puede valer para en un futuro desmarcarse de todas esas bandas que siguen una línea parecida.
El disco es altamente recomendable para todo aquel al que le gusten los temas hard rockeros con buenas melodías y guitarras rápidas. Habrá que seguirles la pista para que no se pierdan.
BLOODY HEELS:
VALTS BERZINS: Voz
HARALDS AVOTINS: Guitarra
GUNARS NARBUTS: Bajo
GUSTAVS VANAGS: Batería