Otoño ecléctico.
Por Carlos Bayón.
Nuevo proyecto del vocalista sueco Mikael Erlandsson, mientras sigue en stand-by su otro grupo Last Autumn’s Dream, y hasta que los demás miembros terminen sus diversos compromisos, ha decidido montar un supergrupo con músicos de H.E.A.T o Eclipse entre otros, y así llenar estos momentos vacíos.
El mayor protagonismo de los teclados dice mucho de la presencia mayoritaria de Jona Tee en la composición, lo que da al disco un toque más cercano al A.O.R, dentro del amplio registro estilístico que nos encontramos en este debut, que no sabemos muy bien si tendrá continuación en el futuro, vista la agenda de sus componentes.
Me imagino las reuniones para definir el sonido y el estilo que iba a predominar en el disco, y viendo que no se ponían de acuerdo, decidieron tirar por la calle del medio y tocar un poco de todo, lo que hace de él un disco con un sonido ecléctico y sorprendente, sobre todo la primera vez que lo escuchas, porque no sabes lo que te vas a encontrar cuando acaba una canción y empieza la siguiente.
Desde la tétrica intro, con los coros de monjes y esa voz en idioma irreconocible, y que antecede al primer single “Rubicon Sign”, un tema, llamemos más comercial, con varios cambios de ritmo y un estribillo pegadizo para la canción, también digamos más normal, pero que se mueve entre el A.O.R mas pegadizo y unos sonidos neoclásicos de teclado que nos recordarán al también sueco Yngwie Malmsteen, o a ritmos algo más progresivos.
Ritmos progresivos que se repiten en la trepidante “Glory”, que cabalga a lomos de unos teclados y una batería que van dando una velocidad que te deja sin respiración, el cambio de tercio para coger aire en la mitad con unas guitarras españolas, en la primera escucha descoloca, pero después, la verdad es que le da un bonito sentido a la canción.
Sonidos más convencionales de A.O.R acelerado, siempre dentro de un grupo con un sonido nada convencional, y que te vuelven a recordar en parte al guitarrista sueco en “Crying For Love”, con unos teclados con sonidos fantasmagóricos que van marcando el ritmo de la canción.
En “Victory” se ponen el disfraz 70’s, con una balada a piano que puede recordar en partes a Elton John o a Queen, tanto en los arreglos de las guitarras como en el tratamiento vocal, con una bella coda final en fade out.
Nuevos sonidos a los Queen más setenteros o al Meat Loaf mas teatral en la marchosa y rockera “I´m Done”, donde se quitan la careta progresiva y nos dejan un tema bastante movido que parece sacado de algún musical y que se sale de la norma del resto del disco.
Con “Sayonara Eyes” volvemos a los temas más tranquilos, con esta power ballad con una guitarra bluesy, que más que sonar parece que va llorando las notas, y un solo de teclado que parece sacado una vez más de alguno de los primeros discos de Yngwie Malmsteen, muy buen trabajo vocal dotando al tema de un sentimiento que te hace meterte dentro de la historia de la canción, aunque no sepas una palabra de inglés.
Con una bonita introducción de teclados seguida de un piano a lo boogey volvemos a los ritmos más teatrales en “Face the Music”, y que nos volverán a recordar al bueno de Meat Loaf sobre todo en el estribillo, para un tema que rompe con lo tristeza anterior y nos sumerge en una canción con un ritmo discotequero setentas muy divertido.
Con “Breaking My Heart Again” volvemos al A.O.R más convencional, con ciertos sonidos a Journey; tema resultón y pegadizo y quizás el más standard de todo el disco, pero que sigue con ese regustillo a sonido setentero o de principios de los 80.
En “Everytime” siguen con el A.O.R en el tema que más se asemeja a Last Autumn’s Dream, tema pegadizo sin más y que pasa bastante desapercibido al estar colocado casi al final del disco.
Ya con el título de “Northern Light” nos podemos imaginar de que va a ir, aires celtas a tope y con un soniso a hard power metal; tema simplón y que nos recordará por el soniquete a otros muchos grupos y en ciertos toquecillos hasta a los patrios Mägo De Oz.
Balada a piano en “Heaven Knows Your Name”, tranquila y muy bonita, interpretada con bastante sentimiento por parte de Mikael Erlandsson, pero que es verdad que nos sonará a otras muchas baladas del mismo estilo.
El disco acaba con “War”, medio tiempo aorero con un sinfónico solo de teclados que pone un buen colofón a un disco que se pasa de diverso, pero que dentro de su variedad de estilos no descoloca y se deja escuchar, dejando un muy buen sabor de boca y que viendo la gran cantidad de novedades que se nos viene encima en estos primeros meses del año, es fácil que pase desapercibido, y sería una pena que una propuesta que se sale de la norma habitual de grupos que repiten una y otra vez los mismos esquemas quedara en el olvido, por lo demás es un gran disco que gustará sobre todo a los fans de los sonidos más tranquilos y aoreros clásicos.
AUTUMN’S CHILD:
MIKAEL ERLANDSSON: Voz
PONTUS ÅKESSON: Guitarra
JONA TEE: Teclados
CLAES ANDREASSON: Bajo
ROBBAN BÄCK: Batería