Extraña combinación de desenfado y trascendencia.
Por José Ramón González.
Si el objetivo de publicar minilp cada poco tiempo es, como declara la banda, ofrecer música siempre fresca, además de asegurarse de mantener la actividad compositiva en marcha y la creatividad siempre atenta, el nuevo minitrabajo ―por extensión; por excelencia, megatrabajo― del grupo sueco habrá que colocarlo en la zona privilegiada de la nevera. Inspirados y originales siempre, Falling es más que otra muestra, la confirmación de que el planteamiento funciona: garantía de resultados cien por cien.
Una de las dificultades a las que se encuentra el humilde escribiente que se enfrenta a comentar cada nuevo trabajo de A.C.T es qué decir que no haya dicho anteriormente e intentar dar con las hipérboles que logren alcanzar la altura de sus composiciones y ejecuciones. Aspiración absurda, desde luego, que más vale que trueque por lograr dar con la tecla adecuada que anime a quien sea a escuchar a esta maravillosa banda que consigue hacer accesible un planteamiento artístico profundamente difícil y que uno termine tarareando melodías terriblemente enrevesadas, dejándose sorprender por arreglos magistrales y progresiones inesperadas disfrazadas de hit single.
En esta entrega se han reforzado los aspectos melódicos (¿podía hacerse eso?), los coros son excepcionales y las sutilezas campan a sus anchas como la porquería en una fiesta infantil de cumpleaños. Hay mucha presencia de teclados, incluso canciones que como «The girl without a past» podrían hacer pensar en unos The Buggles rockerizados. Aunque con A.C.T uno nunca sabe cómo puede acabar una canción, ni a dónde puede ir, ni qué caminos va a transitar a lo largo del viaje; lo único que tiene seguro es que el viaje será una orgía de emociones.
En las seis canciones que forman Falling ―más una introducción y un cierre― disponemos de un ratito más de la extraordinaria música que crean A.C.T. Tentado estoy de afirmar que éste es el más completo de los tres trabajos publicados hasta el momento de los cuatro anunciados, pero sería una temeridad, puesto que si me da por poner de nuevo el anterior, Heatwave (2021), me metería solito en un fregado serio. Lo que sin duda sí se puede decir es que es tan bueno como los anteriores (bueno, ahora mismo un poco mejor, por ser el nuevo). Hay en Falling una actitud de músicos aparentemente desenfadados pero profundamente complejos, con lo que su música resulta una extraña combinación de desenfado y trascendencia, de diversión y seriedad, de vitalidad y melancolía. Por eso si te descuidas, la engañosamente inofensiva «Breathe» puede dejarte sin respiración (qué coros de nuevo).
De todas ellas «A race against time», posiblemente por su temática, es la más salvaje y guitarrera, aunque yo estoy absorbido por la belleza casi inocente aunque inevitablemente dolorosa de «The Earth will be gone» y por esas seis notas de teclados tan maravillosamente hipnóticas, por su preciosa melodía, por su hermoso dramatismo.
Quizás A.C.T ya están instalados en esa zona del arte en la que saben lo suficiente para entender lo extraordinariamente expresivo que se puede ser con poco, habiendo aprendido lo necesario para elegir esas tres notas clave, únicas, en qué momento deben sonar y cuánto se puede decir con ellas.
A.C.T:
PETER ASP: Bajo
THOMAS LEJON: Batería
OLA ANDERSSON: Guitarra y voces
HERMAN SAMING: Cantante
JERRY SAHLIN: Sintetizador y voces