Reflejo condicionado.
Por José Ramón González.
¿Qué les pasa a estos chicos? ¿Pertenecen a algún grupo secreto de sádicos que busca investigar el sufrimiento humano, experimentar con aficionados a la música para saber cómo reaccionan ante la frustración? ¿Quieren saber si salivamos como perros del rock ante la presencia de composiciones excitantes cuando nos las quitan nada más empezar a degustarlas? ¿O quizás están tan convencidos de que la formación y el poco desarrollado gusto de los aficionados de nuestro país no nos va a permitir aguantar otros cuatro o cinco trallazos como los que nos presentan en Good times y nos quieren preparar para un disco completo para cuando no nos arriesguemos a sufrir un síncope de excitación?
Oiga, que ya tenemos experiencia, que hemos escuchado a The Black Crowes, Led Zeppelin, Deep Purple, y aquí disfrutamos de lo lindo con Eldorado y 69 Revoluciones, por nombrar a unos pocos. ¿Por qué no nos dan una oportunidad y nos ponen a prueba? Quizás es cuestión de medios y entonces habría que pedir que, igual que dan subvenciones a los del cine se las den a los músicos. Y si lo merecen, más aún, porque las cuatro canciones que se incluyen en Good times tienen la chispa necesaria, el ritmo contagioso, los ecos referenciales innegables que hacen que un disco merezca la pena ser escuchado. Mr. Wilfred apoyan además sus canciones en una base rítmica que no deja músculo quieto, teniendo a Zeppelin como espejo en el que mirarse. Sobre ella las guitarras campan a sus anchas, las melodías tienen un espacio para explayarse sin temor a perderse y la voz cantante lanza sus gritos setenteros al espacio exterior.
Si alguien tiene el valor suficiente que apueste a resistirse al ritmo febril de “Tender sex ofender”. Que sepa que va a perder. Mientras, los demás nos quedamos aquí disfrutando de estas cuatro canciones y babeando por el reflejo condicionado de este rock contagioso, venenoso, intenso y prometedor de estos cuatro chavales que nos maltratan cruelmente. Encima la producción de Dani Alcover nos permite ser más conscientes de lo bien que suenan.
Podemos jugar mientras a cambiar las canciones de orden, mezclarlas a lo loco para tener la sensación de que dura más o, simplemente, disfrutarlas una y otra vez, no hay problema. Yo ya he pasado por esa experiencia y el resultado es positivo.
Este perro tiene recursos. Si pensaban experimentar con nosotros ofreciéndonos estas cuatro canciones paulovianas, que sepan que la jugada les ha salido mal. Mi equipo de música tiene una función infalible:
Repeat, repeat, repeat… ¡Guau, guau!
MR. WILFRED:
MARIO DÍEZ: Voces, Guitarras y Teclados
PABLO ISLA: Guitarra Solista
MANUTEN VERASTEGUI: Bajo
VÍCTOR MATEO: Batería, Coros y Teclados
